jueves, 14 de junio de 2012

Dos mil años clavando el madero

Y por que lloran en este entierro
si todos son culpables
unos por acción
otros por omisión
y ahora de culpas y rezos
esperan una redención, que no se dará.

El imperio se abstuvo de acusarlo
los cargos los imputo su propio pueblo
misericordia nunca hubo   
e inventaron transgresiones para ampliar las penas
y sin clemencia y sin pruebas, lo declararon culpable.

Declararon culpable a un inocente
y aun debaten con maldad
si el proceder fue valido
no hubo justicia ni juicio
mintieron  para condenarlo.

Entre culpas e inocentes
da cada uno su sentencia
ni siquiera había motivo por no haber delito
mas la perversión humana lo condeno por todos los siglos
y aun hoy día clavan al reo a su cruz.

Como una fiesta tomaron este sacrificio
unos reían, mientras otros lloraban
más la multitud enardecida
quería ver sangre en el huerto
logrando la hazaña con un justo.

Pisoteado por todos los siglos quedara la justicia
que aun hoy sigue culpándolo
haciendo de la historia presente
un inocente en la cruz
y los pecadores entre brindis, riegan el cáliz ensangrentado.

Sin piedad y bastos de odio
clavaron el señor al madero
esa turba aplaudía un clavo
el hombre gritaba y ellos celebraban
sin compasión del dolor recibido.

Como de la muerte hacen carnaval
dos mil años después
aun celebran el sacrilegio
y olvidan que entre injusticias
vivimos aun clavando el madero.

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